sin ver te volé un pie,
luego vociferaron los tontos graves
aquellos que en sus anchas disparan por miedo
a si mismos,
al colectivo,
al sueño furtivo,
a la penumbra realidad de ver,
lo que se siente entrar en contacto
con el fuego,
después fui a ver
quién andaba allí a regañadientes hoy
era realmente yo?
¡el que contó hasta tres!
la sed de querer arremolinarse
en lo poderoso,
el canto alado,
distintivo placer hecho mirada
los pensamientos razonando en el pecho real,
jugada dispuesta a los murmullos,
del espacio, entre los espacios
las ondas del viaje hasta ti.
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