Hay una parte latente del todo en el todos,
un herida que fluye frecuente sobre las gargantas
y las espaldas atardecidas,
las figuras sin color, y la luz que se ventila de los ojos,
lo fraguado de las montañas en verano,
la palabra que exalta el latido de la confianza
y la aparente onda que sobre expone la color.
Aparentes ánimos en la tarde se avecinan,
como llamas al viento,
las quejumbrosas ganas de matar lo pesado,
hay algunos que se ciñen y esperan la avalancha,
otros que sin prisa cargan en venganza,
y algunos que meditan, vuelven a empezar
desde el cero gravedad, todo es una novedad.
El pie que siguió el sendero y quiso estar,
en el donde faltaba, la venidera sed que venera,
el ser,estar, y estamos, las poderosas ganas
de volver a ver lo pisado, sólo para de buena gana
reír un rato, ansiando las olas del mar,
aventurandome en mis sueños lúcidos
y viendo lo profundo de la brújula descontrolada.
Los símbolos caen como gaviotas en alta mar,
y entre los techos vamos haciendo los pasos a la luna,
pisadas en el aire van marcando mi recorrido en ascensión
en espiral de la nueva unión,una real y transparente fusión,
el brazo marca las horas los parpadeos los segundos,
el viento fuerte congela la visión, seca la boca,
y todo mi cuerpo va flotando en un remolino de re-evolución.
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